miércoles, 5 de mayo de 2010

El libro, la revolución tecnológica

En el blog de Felipe Zayas me he topado con esta entrada cargada de ironía, pero que nos hace caer en la cuenta de las potencialidades del libro frente a la era digital.

jueves, 15 de abril de 2010

Morfología y sintaxis de la oración simple



Pedro Felipe de la Iglesia tiene esta página que os puede ayudar mucho para resolver dudas de gramática (morfología y sintaxis).


Debéis consultar esta presentación, que hace un recorrido por toda la morfología española. Es muy completa.


Presentación sobre tipos de oraciones.


Realiza el ejercicio que encontrarás en esta página.

Sería muy conveniente que practicarais con los siguientes ejercicios: para identificar elementos sintácticos, pincha aquí; para identificar funciones sintácticas, este documento, o bien este otro.

Identificar complementos del verbo

Más ejercicios sobre los complementos del verbo

También os puede servir mirar aquí para encontrar las pistas básicas que hay que tener en cuenta para analizar oraciones simples.

Una presentación: los complementos oracionales.

Una sencilla receta para analizar oraciones.


lunes, 29 de marzo de 2010

Miguel Hernández: las abarcas desiertas

Os dejo ahora este poema de Miguel Hernández lleno de la ternura dramática de un niño por el que la infancia casi que pasó de puntillas; tanto es así que ni los Reyes Magos pasaron por su ventana infantil. Pero ahora en versión ilustrada.

sábado, 27 de marzo de 2010

Dormir para aprender

Las últimas investigaciones realizadas por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia confirman que el sueño es imprescindible para el aprendizaje y, además, nos dice qué fases del sueño son las más importantes y qué áreas cerebrales están implicadas en el descanso.

Por eso te propongo que escuches esta cuña de Radio 5 de RNE.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Miguel Hernández: Del ay al ay -por el ay

La verdad es que la sensación que se tiene cuando se leen muchos poemas de Miguel Hernández es la tristeza, la pena de vivir. Su vida es una pena tras otra. Su cuna fue muy pobre y su vida fue ir arrastrando penosamente su alma por las tierras de España. Es natural que su compromiso político fuese con el bando republicano; y llegó a alistarse en sus milicias; y con sus dotes literarias arengaba a las tropas.

Él confiesa que la vida, su vida es dolor, dolor desde siempre. La repetición del ay es síntoma de ello.



Hijo soy del ay, mi hijo,

hijo de su padre amargo.

En un ay fui concebido

y en un ay fui engendrado.

Dolor de macho y de hembra

frente al uno el otro: ambos.

En un ay puse a mi madre

el vientre disparatado:

iba la pobre –¡ay, qué peso!–

con mi bulto suspirando.

–¡A y, que voy a malparir!

¡Ay, que voy a malograrlo!

¡Ay, que me apetece esto!

¡Ay, que aquello será malo!

¡Ay, que me duele la madre!

¡Ay, que no puedo llevarlo!

¡Ay, que se me rompe él dentro,

ay, que él afuera! ¡Ay, que paro!

En un ay nací: en un ay

y en un ay, ¡ay! fui criado.

– ¡A y, que me arranca los pechos

a pellizcos y a bocados!

¡Ay, que me deja sin sangre!

¡Ay, que me quiebra los brazos!

¡Ay, que mi amor y mi vida

se quedan sin leche, exhaustos!

¡Ay, que enferma! ¡Ay, que suspira!

¡Ay, que me sale contrario!

D el ay al ay, por ay,

a un ay eterno he llegado.

Vivo en un ay, y en un ay

moriré cuando haga caso

de la tierra que me lleva

del ay al ay trasladado.

¡Ay!, dirá, solo, mi huerto;

¡ay!, llorarán mis hermanos;

¡ay!, gritarán mis amigos,

y ¡ay!, también, cortado, el árbol

que ha de remitir mi caja,

ya tal vez sobre lo alto,

ya tal vez bajo los filos

del hacha fiera en la mano.

E l mundo me duele: ¡ay!

Me duele el vicio, y me paso

las horas de la virtud

con un ay entre los labios.

¡Ay, qué angustia! ¡Ay, qué dolor

de cielos, mares y campos;

de flores, montes y nieves;

de ríos, voces y pájaros!

Por palicos y cañicas

¡ay!, me veo sustentado.

El lilio no me hace señas,

¡ay!, con pañuelito cano.

Las pitas no me defienden,

con sus espadones áridos,

del demonio. Las palmeras

no me quieren hacer alto

por más que viva a la sombra

de estrella de sus palacios.

No me pone la naranja

el ojo redondo y claro,

ni con sus luces porosas

el limón el gusto amargo.

Y ¡adiós!, el aire me dice

cuando pasa por mi lado.

La inmovilidad del monte

no lleva mi sangre al paro,

ni hacia los cielos me tiran

honda ruda y puro raso,

y tengo la carne siempre

pechiabierta a los pecados.

Sucias rachas tumban todas

las cometas que levanto,

y todos los ruy-señores

esquivos y solitarios

se burlan de ver mis sitios

malamente acompañados.

¡Ay!, todo me duele: todo:

¡ay!, lo divino y lo humano.

Silbo para consolar

mi dolor a lo canario,

y a lo ruy-señor, y el silbo,

¡ay! me sale vulnerado.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Miguel Delibes: adiós, gracias


En estos días en que los asuntos familiares hacen que los ánimos pasen por horas bajas, hemos tenido que acompañar nuestras congojas con la noticia triste de la desaparición de un escritor que he seguido y leído desde hace mucho tiempo.
Hombre sencillo, de gesto amigable, escritor por vocación y periodista de profesión, lo que me gustó siempre de él fue su maestría en el manejo del español. Era capaz de transmitir las emociones más sinceras e intensas con palabras muy sencillas. Sabía llegar a los lectores sin necesidad de alardes complicados. Su técnica era el conocimiento y el dominio íntimo de la palabra, valerse de lo que de manera clara refiere a los objetos cercanos. Y por supuesto, como otro noventayochista, su conocimiento de Castilla y su amor por la tierra, por sus gentes. Su pasión de cazador está detrás de todo ello. De cazador que respeta los ciclos naturales y comprende, porque es capaz de analizarla, la labor cinegética.

Qué decir de esas Viejas historias de Castilla la Vieja, deliciosas por su naturalidad; qué ternura la de esos niños de El camino; qué autenticidad en Las ratas; qué prodigioso El hereje; qué sinceridad en Señora de rojo sobre fondo gris. La sombra del ciprés es alargada es una obra de iniciación de extraordinaria belleza. Cinco horas con Mario abre nuevos caminos en la manera de contar las cosas. Y Los santos inocentes es el reflejo de su pasión por la caza. Y hasta la nueva democracia que se abría paso en el año 78 fue objeto de su pluma en El disputado voto del señor Cayo.

Por todo ello, me gustaría darle las gracias sinceras por haberme hecho disfrutar de su prosa sencilla y natural. GRACIAS, Miguel.

Página oficial de Delibes.

Miguel Delibes: La obra literaria

Especial de El País dedicado al escritor.

Especial de Público.

También el mundo dedica una sección especial a Miguel Delibes: El castellano conciso.

Delibes en el Centro Virtual Cervantes.

Programa de Radio Nacional de España dedicado al escritor vallisoletano.

La RAE hará un homenaje a Delibes el próximo 15 de abril.

sábado, 6 de marzo de 2010

Miguel Hernández: Las nanas de la cebolla

Exaltación de la alegría de vivir por parte del padre Miguel Hernández, que aconseja a su hijo que defienda la risa por encima del hambre y las penurias en las que vive. No quiere que sea consciente de las circunstancias por las que él está pasando. Hermoso y gran poema este, no por conocido y repetido, menos valorado.

viernes, 5 de marzo de 2010

El Lazarillo de Tormes no es anónimo


Ya hace años que se venía diciendo. Prestigiosos filólogos habían encontrado indicios que orientaban las miradas a Diego Hurtado de Mendoza, pero no se contaba con documentos que pudieran afirmar nada en ese sentido. La paleógrafa Mercedes Agulló ha conseguido testimonios documentales que podrían confirmar este aserto. Así lo acredita López de Velasco, el albacea testamentario de Hurtado de Mendoza. Las conclusiones se van a publicar pronto en un nuevo libro de esta autora, que aparecerá con el título de A vueltas con el autor del Lazarillo.

Primera documentación sobre su autoría (Pablo Jauralde).

jueves, 4 de marzo de 2010

Ángel González: El campo de batalla

Nuevamente la sinrazón de la contienda bélica es el argumento de este poema de Ángel González. Todo un alegato por la paz:



Hoy voy a describir el campo
de batalla
tal como yo lo vi, una vez decidida
la suerte de los hombres que lucharon
muchos hasta morir,
otros
hasta seguir viviendo todavía.

No hubo elección:
murió quien pudo,
quien no pudo morir continuó andando,
los árboles nevaban lentos frutos;
era verano, invierno, todo un año
o más quizá, era la vida
entera
aquel enorme día de combate.

Por el Oeste el viento traía sangre,
por el Este la tierra era ceniza,
el Norte entero estaba
bloqueado
por alambradas secas y por gritos,
y únicamente el Sur,
tan sólo
el Sur,
se ofrecía ancho y libre a nuestros ojos.

Pero el Sur no existía:
ni agua, ni luz, ni sombra, ni ceniza
llenaban su oquedad, su hondo vacío:
el Sur era un inmenso precipicio,
un abismo sin fin de donde,
lentos,
los poderosos buitres ascendían.

Nadie escuchó la voz del capitán
porque tampoco el capitán hablaba.
Nadie enterró a los muertos.
Nadie dijo:
"dale a mi novia esto si la encuentras
un día"

Tan sólo alguien remató a un caballo
que, con el vientre abierto,
agonizante,
llenaba con su espanto el aire en sombra:
el aire que la noche amenazaba.

Quietos, pegados a la dura
tierra,
cogidos entre el pánico y la nada,
los hombres esperaban el momento
último,
sin oponerse ya,
sin rebeldía.


Algunos se murieron,
como dije,
y los demás, tendidos, derribados,
pegados a la tierra en paz al fin,
esperan
ya no sé qué
-quizá que alguien les diga:
"amigos, podéis iros, el combate..."
Entre tanto,
es verano otra vez,
y crece el trigo
en el que fue ancho campo de batalla.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Ángel González: Primera evocación

Ángel González es autor de una poesía comprometida con el hombre, teñida de ironía fina y de humor. Nació en Oviedo y su infancia estuvo marcada por la sombra de la guerra civil y por la muerte prematura de su padre cuando él apenas tenía dos años. En este poema que os presento el escritor quiere hacer que el lector sienta la insensatez, el sinsentido, de las guerras, que nunca llevan a nada, más que a la destrucción y a la barbarie. El personaje primero es su madre, pero eso es solo la excusa para hablar de la destrucción de la Guerra Civil, que rompió a su familia:



Recuerdo
bien
a mi madre.
Tenía miedo del viento,
era pequeña
de estatura,
la asustaban los truenos,
y las guerras
siempre estaba temiéndolas
de lejos,
desde antes
de la última ruptura
del Tratado suscrito
por todos los ministros de asuntos exteriores.

Recuerdo
que yo no comprendía.
El viento se llevaba
silbando
las hojas de los árboles,
y era como un alegre barrendero
que dejaba las niñas
despeinadas y enteras,
con las piernas desnudas e inocentes.
Por otra parte, el trueno
tronaba demasiado, era imposible
soportar sin horror esa estridencia,
aunque jamás ocurría nada luego:
la lluvia se encargaba de borrar
el dibujo violento del relámpago
y el arco iris ponía
un bucólico fin a tanto estrépito.

Llegó también la guerra de un mal verano.
Llegó después la paz, tras un invierno
todavía peor. Esa vez, sin embargo,
no devolvió lo arrebatado el viento.
Ni la lluvia
pudo borrar las huellas de la sangre.
Perdido para siempre lo perdido,
atrás quedó definitivamente
muerto lo que fue muerto.

Por eso (y por más cosas)
recuerdo muchas veces a mi madre:
cuando el viento
se adueña de las calles de la noche,
y golpea las puertas, y huye, y deja
un rastro de cristales y de ramas
rotas, que al alba
la ciudad muestra desolada y lívida;

cuando el rayo
hiende el aire, y crepita,
y cae en la tierra,
trazando surcos de carbón y fuego,
erizando los lomos de los gatos
y trastocando el norte de las brújulas;

y, sobre todo, cuando
la guerra ha comenzado,
lejos -nos dicen- y pequeña
-no hay por qué preocuparse-, cubriendo
de cadáveres mínimos distantes territorios,
de crímenes lejanos, de huérfanos pequeños...

miércoles, 24 de febrero de 2010

Miguel Hernández: Canción del esposo soldado

Miguel es un hombre de casa; su pensamiento está siempre con los suyos, su esposa y el hijo que esta lleva en su vientre. Hasta el campo de batalla es lugar para detenerse un momento y tomar el lápiz. La evocación de su esposa da sentido a estos versos. Y lo que da sentido a su actividad militar es la lucha por la libertad y por el amor.



He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

lunes, 22 de febrero de 2010

Miguel Hernández: las abarcas desiertas

Os dejo hoy este poema de Miguel Hernández lleno de la ternura dramática de un niño por el que la infancia casi que pasó de puntillas; tanto es así que ni los Reyes Magos pasaron por su ventana infantil.



Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

viernes, 19 de febrero de 2010

A un olmo seco

Antonio Machado siente que su alma está desconsolada, pero observa un olmo centenario, ya seco, al que le han brotado algunas hojas. Eso le da pie a confiar en que la primavera también traiga el consuelo a su interior, y devuelva la salud a Leonor.

Miguel Hernández, no culpable


Hoy puede leerse en la prensa nacional que el Gobierno español va a exonerar a Miguel Hernández de todos los cargos por los que estuvo sojuzgado y fue preso tras la Guerra Civil.
¡Qué estupidez!... No que le retiren los cargos, sino que los seres humanos seamos tan imbéciles como para condenar a nadie por pensar de una manera diferente. Y muchos años más tarde de su muerte tener que rehabilitarlo... Bueno, algo es algo.
¿De qué fue culpable? De ser cabrero y tener tesón y, a pesar de las dificultades, leer y leer para aspirar a dedicarse a un oficio tan extraordinario como el de escritor, el de poeta. Y ese menester le dio la posibilidad de reflexionar en voz alta, y conocerse, y conocer al ser humano en sus raíces más íntimas. Observó lo que le rodeaba y denunció lo que no le gustaba. Pensó que el hombre era digno y merecedor de un mejor destino. La situación española no estaba precisamente para tirar cohetes.
Para muestra, un botoncito (condensación en la expresión):

Por una senda van los hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso,
con la sangre injuriada por el peso
de inviernos, primaveras y veranos.

Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso,
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.

Por otra senda yo, por otra senda
que no conduce al beso aunque es la hora,
sino que merodea sin destino.

Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora
olvidando que es toro y masculino.
La Elegía que dedicó a su amigo Ramón Sijé es un ejemplo de emoción sincera.

Escucha cómo era el poeta en la voz de su propia esposa, Josefina Manresa.

Una exposición en la Biblioteca Nacional, la publicación de sus obras completas, conciertos y un congreso internacional son las principales actividades programadas para conmemorar el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, ha informado hoy el Ministerio de la Presidencia.
Joan Manuel Serrat iniciará el próximo 27 de marzo en Elche (Alicante) su gira internacional Hijo de la luz y de la sombra, acto central de las actividades organizadas con motivo del centenario de Miguel Hernández.

El catedrático Eutimio Martín publica una polémica biografía del poeta alicantino.

Reclusos recuerdan al poeta que pasó por la misma cárcel.

Especial en Babelia dedicado al nuevo disco de Serrat dedicado al poeta.

viernes, 12 de febrero de 2010

¿Por qué el día de san Valentín?


Como ocurre con casi todas las festividades de carácter religioso de nuestro calendario, tenemos que mirar a fiestas paganas para entender por qué celebramos lo que celebramos.
En el caso que nos ocupa, tenemos que mirar a la Roma antigua, a unas celebraciones dedicadas a un fauno. Era la Fiesta de las Lupercales.

Así se llamaban en la antigua Roma a unas fiestas que se celebraban el día 15 de febrero. Fueron instituidas por Evandro el arcadio en honor de Pan Liceo (también llamado Fauno Luperco). En la Roma arcaica se daba un fenómeno religioso: la prostitución sagrada de las mujeres que tenía lugar en el Ara Máxima, todo ello asociado con las fiestas lupercales.

Los lupercos debían ser en su origen adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta. Era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos.

Se celebraban en la gruta llamada Lupercal, (que más tarde se llamó Ruminal en honor a Remo), situada en el monte Palatino que era el lugar donde la tradición aseguraba que una loba había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo. Los festejos estaban dedicados al dios pastoril Luperco, que era una deidad muy antigua de los ítalos.

Comenzaba la fiesta con una ceremonia oficiada por un sacerdote en la que se sacrificaba una cabra. Después, ese mismo sacerdote tocaba la frente de los lupercos con el cuchillo teñido con la sangre del animal y a continuación borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada de ritual.

A continuación, se formaba una procesión con los lupercos desnudos, que llevaban unas correas (februa) hechas con la piel de la cabra recién inmolada, y con ellas azotaban a las mujeres que encontraban por el camino, como ritual para hacerlas fecundas.

El origen de esta fiesta está en una leyenda según la cual durante el reinado de Rómulo y Remo, las mujeres de Roma quedaron estériles. Se consultó a la diosa Jano, quien respondió diciendo que la solución era ser "fecundadas por un macho cabrío velludo". Los februa simbolizan el falo, y el acto de golpear con ellos a las mujeres, la fertilización. Para aumentar la misma, algunas mujeres se cubrían de púrpura, que además era el color que representaba a las prostitutas sagradas de los luperci (las lupas o lobas) y ejercían sus actividades en el Ara Máxima. De ahí, el color rojo que caracteriza esta costumbre. Bien es verdad que el rojo es símbolo de pasión amorosa, o simplemente de amor.

Otro de los ritos más esperados de la Lupercalia era la lotería de mujeres. Consistía en introducir en una caja tarjetas con el nombre de las adolescentes y hacer que los muchachos metieran la mano en el cajón y sacaran la tarjeta con el nombre de la que, de ahí en adelante, sería su compañera a lo largo del año. Normalmente esas parejas de prueba terminaban en matrimonio.

En aquel tiempo gobernaba Claudio II, un déspota emperador romano que desató una de las más duras persecuciones contra los cristianos. Claudio sostenía que los cristianos no debían casarse entre sí y decretó que a los que contrajeran matrimonio les correspondería la pena de muerte.

Valentín era un obispo cristiano que casaba a las parejas en secreto. Cuando lo descubrieron, fue detenido, torturado y fue ejecutado el 14 de Febrero.

Esta festividad fue prohibida por el Papa Gelasio I en el año 494, y se sutituyó por la celebración de la Candelaria, que se centraba en la idea de la purificación y obviaba la parte de la fertilidad.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Un viaje por la locura (Santiago Heredia)

La editorial virtual (Las llaves de la Literatura) del Departamento de Lengua del IES Pablo Neruda sigue fomentando la creación literaria entre los estudiantes. Se publica hoy aquí un muy interesante relato de vuestro compañero Santiago Heredia, que nos habla de las difíciles fronteras entre la realidad y lo que no lo es. Merece una lectura atenta.

Un Viaje Por La Locura

sábado, 30 de enero de 2010

El pozo (Platero)

Me gustaría compartir con vosotros este montaje que he hecho:

sábado, 23 de enero de 2010

Cumbres Borrascosas


Para este trimestre os he recomendado la lectura de una novela capital en la Literatura Universal, la obra de Emily Brontë Cumbres Borrascosas.

Cumbres Borrascosas cuenta una historia dramática, trágica. Arranca con la llegada al hogar de los Earnshaw del niño Heathcliff, traído por el padre de la familia desde Liverpool. Ignoramos de donde ha salido esta criatura que pronto trastornará por completo la tranquila vida de su familia adoptiva así como la de sus vecinos, los Linton.

Es una historia de amor y de venganza, de odio y locura, de vida y de muerte. Catherine Earnshaw y Heathcliff desarrollan una relación de dependencia mutua a lo largo de su vida, desde la infancia hasta más allá de la muerte. La libertad que Heathcliff representa no es la más idónea para una mujer que pretende ser respetable, y Catherine acabará casándose con el hijo de los Linton, Edgar, magistrado de la región. Éste le dará un hogar, la Granja de los Tordos, y estabilidad.

Noelia Blanco

Hay un grupo musical mexicano con el nombre de esta novela. Puedes escuchar algunas de sus canciones en esta página.



La novela se ha llevado al cine en ocho ocasiones ocasiones, y casi siempre con el nombre del libro. La primera vez fue en 1939 de la mano de William Wyler. Luis Buñuel hizo una versión en el año 1953 con el título de Abismos de pasión y Jacques Rivette la tituló en 1985 Hurlevent. La última se estreenó en 2003.

viernes, 1 de enero de 2010

Biblioteca Básica de RNE Radio 5

Es recomendable darse una vuelta por estos podcasts de RNE.
En ellos se hacen comentarios de obras esenciales de la Literatura Universal. Son podcasts que puedes escuchar o descargar; incluso puedes colocar en tu sitio web el programa que te haya gustado. Este es un ejemplo.

Canción de Navidad (Biblioteca Básica)



Además, la página de RTVE te hace llegar todas la series literarias emitidas por TVE: El camino, Los gozos y las sombras, La barraca, Fortunata y Jacinta, Cañas y barro, etc. Otra forma interesante de acercarse a la literatura.